The ToyStory Effect: Evaluación de desempeño Gone Wrong

Imagen de Disney, Pixar, Toy Story 2

En este artículo expondremos las 4 razones principales por las que las evaluaciones mal ejecutadas pueden afectar la organización y el personal.

        A nadie le gusta ser evaluado. Nos sentimos justo como cuando Andy entra al cuarto y los juguetes pretenden ser inmóviles. Luego que se va, los juguetes hacen lo que quieren. La realidad es que una evaluación avisada altera aún más la ejecución real del personal. No queremos que nadie se ofenda, la analogía juguete en este artículo apela a los mejores personajes de Toy Story, los juguetes, que son el personal. Así que no queremos jugar con ellos, queremos darles la importancia en el desarrollo de la organización.
       No nos confundamos, hay que avisar cuándo serán las evaluaciones. Pero hay varias razones para entender que puede llegar a ser increiblemente perjudicial el sobre avisarlo o no llevar el proceso adecuado para recoger resultados reales del desempeño.

  1. Los juguetes saben cuando viene Andy. Así que se pueden predisponer a cómo se van a comportar.
            A nadie le gusta salir mal en una evaluación. Las personas que se sienten evaluadas muchas veces demuestran conductas deseadas por su evaluador.
  2. Ellos quieren jugar, tus juegos ya se los conocen, asi que solo fluyen.        No hay nada peor de una evaluación que tener la misma por los pasados 10 años. Renuévala cada cierto tiempo para que puedas generar expectativa y atemperes la nueva evaluación a los cambios que se hayan implementado.
  3. Puede significar en un estrés premeditado y afectarlos emocionalmente.
            En algunos casos podemos ver a personas que sienten una ansiedad premeditada por las evaluaciones o mejor conocido como ansiedad social. Nadie quiere provocarle ansiedad a un empleado y menos si es para tratar de ofrecer herramientas en areas de oportunidad y el reconocimiento que se merece por todo lo que realiza sobresalientemente.
  4. Si los juguetes están desinformados es más trabajo para Andy. Y los juguetes, regados y en crisis.
           Si la estrategia no está bien organizada, ni va a recoger datos confiables del desempeño por cuestiones de desinformación, alineación pobre a la descripción del puesto, no cumple con las expectativas de la organización ni la orientación que lleva hacia las metas de la misma. Con la debida anticipación, se puede alcanzar una planificación estructurada que hasta puede invitar al personal para que ayuden a determinar cuales tareas han ido evolucionando para enrriquecer los documentos a utilizar para la evaluación (Instrumentos de medición, descripción de puestos, objetivos de la evaluación, proceso feedback, entre otras).

¿Como podrian ser mejores las evaluaciones avisadas?

 Establecer los periodos en los que vas a evaluar y exponerles con claridad la expectativa para que la vayan trabajando a modo de metas.  Si su empresa requiere que se desarrollen informes (escuela, de servicio) en ese caso es mejor establecer fechas límites y proceder a evaluar una vez completen los mismos. Pero hasta para procesos como este es importante organizarlo estructurado y por fases. A medida que se va desarrollando la evaluación el personal ya el personal tiene una tranquilidad en su ansiedad y sabe que lo que ejecuta a diario es precisamente lo que va a ser evaluado. 


      Recuerda que al igual que Andy, el evaluador debe cuidar a los juguetes y velar por lo mejor para ellos. Y que los juguetes no son para jugar, son para crear las mejores experiencias en el trabajo.