Tengo una idea de negocio ESPECTACULAR… ¿y ahora qué?

Cómo validar tus ideas antes de emprender.

¡Cuidado!

Es un momento muy determinante e importante en la vida de todo profesional cuando deciden emprender algún negocio. No es una decisión fácil, pero sin duda alguna, el inicio de un hermoso trayecto. Sin embargo, son muchos los emprendedores y emprendedoras que pecan del mismo mal. Aunque se aplaude y se admira la valentía de emprender un proyecto de una idea maravillosa que se les ocurrió, muchas veces la empresa termina cerrándose con tan solo algunos meses de vida. ¿Por qué sucede eso? ¡Si la idea era “fantástica”, “maravillosa” y “fuera de este mundo”! La realidad es que, aunque los factores pueden ser muchos, la mayoría comparte un factor común: no validaron su idea de negocio.

¿Qué significa “validar” la idea de negocio?

Validar una idea de negocio se trata de estudiar el concepto, la demanda (audiencia), los recursos y el plan de acción para emprenderlo exitosamente. Las preguntas más importantes que se deben responder al final de la investigación deben ser: ¿realmente mi producto/servicio es necesario? ¿Voy a responder a una necesidad o voy a resolver algún problema? ¿Hay un público sustancial que podría consumir tu producto/servicio? ¿Qué tan diferente, único y especial será lo que yo voy a ofrecer? Al responderse estas preguntas, o al menos la mayoría de ellas, podrás determinar si en efecto tu producto/servicio tendrá una buena acogida en el mercado, así como desarrollar la estrategia de mercadeo perfecta para llegar al mercado meta, entre otras cosas.

¿Qué tengo que hacer?

En primer lugar, tener clara la idea de negocio. Anota tu idea, desmenúzala, analízala y defínela. A la vez sepas cual es el concepto, sabrás qué tienes que estudiar.

Próximo, analiza quién es tu cliente ideal. Determina:

·         ¿Quién es?

·         ¿Dónde vive?

·         ¿Qué edad tiene?

·         ¿Qué hace en su diario vivir? ¿Cuánto gana?

·         ¿Qué le gusta? ¿Qué no le gusta?

·         ¿Cuál es su estilo de vida?

Crea un perfil total de las personas, para que, luego, descubras cómo llegar a ellas.

En tercer lugar, crea un instrumento de preguntas y entrevista a un porciento de personas de tu mercado meta. Hoy día puedes contar con varios instrumentos para llevar a cabo las entrevistas:

·         Google forms

·         Redes sociales (polls)

·         Survey monkey

·         Encuestas impresas

A parte de preguntas individuales, puedes considerar igualmente practicar grupos focales en los que reúnes a las personas en un espacio cerrado para presentarles el producto, se relacionen con el mismo y reaccionen. La intención de este paso es recibir el feedback sobre tu concepto de quien determinaste sería tu mercado meta.

Cuarto lugar, hacer un análisis (estudio) de todos los entornos que rodearían a la empresa. Es importante conocer cuan favorable sería para ti y para la empresa si lanzas el negocio considerando todos los factores que suceden en el exterior:

·         Económico

·         Tecnológico

·         Político

·         Competitivo

·         Legal

·         Social

El ejercicio consta de analizar como cada uno de estos aspectos puede afectar, para bien o para mal, el funcionamiento de tu empresa.

Una vez realizadas las entrevistas y el análisis de entornos, el quinto paso es realizar un Análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) de tu empresa. Debes elaborar una matriz donde plasmes esas cuatro categorías y las enumeres cada una.

¿Resultado final?

Luego de sentarte, entrevistar a una parte de tu mercado meta, practicar un análisis de entornos y realizar un análisis FODA de tu empresa con todo los que has descubierto, tienes una excelente base para tomar decisiones bien informadas y fundamentadas respecto a emprender. Claro, si luego de toda la investigación, no hay resultados favorables, siempre puede adaptar la idea y mejorar el producto para que se asemeje más a lo que necesita y demanda el mercado. Recuerda, un producto exitoso es aquel que el cliente realmente necesita y no el que le hacemos creer le hace falta.

¡Hasta la próxima simpianos!