¿Cómo puedo mejorar mi equipo de trabajo y sostenerlo ante cualquier cambio?

Hablemos del futuro pensando en el pasado, conscientes del presente.

¿Qué es lo primero que nos llega a nuestra mente cuando escuchamos el término capital?

La ciudad principal de un país, dinero, propiedades, posesión. Todo eso es correcto, sin embargo, capital se define como riqueza en forma de dinero o bienes, vistos como un símbolo de fortaleza financiera de un individuo, organización, nación y  se asume que está ahí para el desarrollo o inversión (businessdefinitions.com). 

Para mi, es el recurso humano que poseemos para mover la organización es el capital más importante para fomentar que aumente o disminuya el progreso organizacional tanto como concepto y entidad como potencia de capital económico.  Una cosa va de la mano de la otra y desde el principio de la historia hemos sido ambiciosos con nuestras metas, pero para alcanzarlas hemos tenido que aprender a trabajar con otras personas. Desde un aspecto social existencial, el ser humano depende de otras personas para vivir. Por lo tanto, para poder desarrollar civilizaciones enteras, ese deseo de supervivencia debe ser compartido de una manera apasionada y ambiciosa. Esos son nuestros antepasados, quienes aprendieron desde épocas muy primitivas que el más fuerte sobrevive y que en grupos organizados, mayor era su fuerza y por lo tanto mayor era la probabilidad de sobrevivir. Lo mismo ocurre con las organizaciones.  Las civilizaciones y el trabajo no es el mismo hoy, que hace 300 años, ni hace 20 años atrás. Las organizaciones y su capital han exigido un cambio acelerado que ha obligado a la sociedad a cambiar su perspectiva social y evolucionar el espacio de trabajo. Démosle un poco para atrás al tiempo y recordemos los primeros cursos de psicología del trabajo para entenderlo mejor.

Las primeras organizaciones intensas de trabajo iban de la mano del feudalismo, donde ponían a masas de personas a trabajar en la tierra y lo que en ella se producía. Las personas no eran la preocupación principal de los patronos, era obtener los resultados esperados.  Luego llegaron las maquinarias avanzadas que pretendían facilitar la producción y con ellas llega una nueva filosofía organizacional llamada la industrialización o revolución industrial. Ya las producciones de tierra y mano de obra pequeña, se convirtieron en productores a masa, que pretendían tener un recurso humano que supervisa y ayuda a las máquinas a avanzar en su producción, completar tareas y corregir errores. Esta nueva maquinaria y la producción en masa comenzó a exigir un nuevo sistema de trabajo (el Taylorismo) que busca trabajar en cadena en un tiempo específico, el costo de producción redujo, pero el control por el tiempo de trabajo fue tanta, que llevó a muchas personas a la explotación laboral.

Contemporáneo con ello, comienza la era de los automóviles y el Fordismo llega a promover un sistema de ensamblaje y producción en masa. Muchos hemos escuchado cosas diversas del fordismo. Lo que realmente sabemos es que este movimiento fue el primero que habló de la conducta esperada del recurso humano en el área de trabajo con la famosa frase: “Engancha tus problemas en la puerta y continúa produciendo”. Sin embargo, esto fue evolucionando con la llegada de nuevas tecnologías y la necesidad de tener personal más educado, capacitado y al tanto de las necesidades que pudieran presentarse con los cambios que estas tecnologías trajeron. Es entonces que se presentan las tendencias de informática y balance vida y trabajo. 

Comenzamos a tomar en cuenta un poco más lo que las personas sienten porque inevitablemente tiene una influencia directa al área de trabajo y es imposible ignorar la realidad de los problemas, todo lo contrario, comprendiéndolos y manejándolos se refleja en una mejor producción. En conclusión, el trabajo ha sido un espacio de constante evolución que para comprenderlo, hay que comprender la naturaleza y origen de la labor que se realiza hoy y que se realizaba antes. Todo vuelve a sus orígenes y es con la integración de un sistema con comunicación efectiva que podemos transformar a una organización nueva en una veterana con un gran éxito detrás de su experiencia. 

¿Cómo podemos atender las nuevas tendencias organizacionales?

La base de todas las organizaciones de acuerdo con todas y cada una de las investigaciones que puedan encontrar, regresa al fundamento de la comunicación. 

Liderazgo: Un buen orador en el liderazgo de una organización que pueda tener la visión y misión de la organización como un fundamento de su profesionalismo, valora y respeta su espacio de trabajo, pero más aún el personal y su bienestar. Haga la mejor selección con los credenciales del puesto que cumplan con la organización y reconozcan estrategias de bienestar para el personal. 

Regulaciones: Una persona atenta a actualizar y reforzar reglamentos, contratos, programas de ayuda, servicios que giren entorno a la filosofía organizacional y las realidades de la cultura y la diversidad de personal. 

Procesos: Análisis de la integración efectiva de procesos y como el personal accede al sistema. Si el sistema no está facilitando el acceso y le complica el trabajo a las personas en tu trabajo, definitivamente comenzamos a contar con procesos que afectarán el desempeño en el trabajo.

 Paga y jornadas: Considera todos los aspectos legales, pero en especial considera los aspectos de la posición y la longevidad del personal. Respeta su respeto hacia la organización y valora que se ha mantenido en tu organización aportando y enrriqueciendola a pesar de las ofertas que pudieran presentarse.  Considerar la flexibilidad de horarios y jornadas que mejor atiendan la productividad y el balance vida y trabajo del personal, la motivación llega como consecuencia de sus actos, asi que busque mantener contentos a su personal y obtendrá sus resultados. 

No importa el tiempo que pase, son personas visionarias, conscientes de los procesos y sus evoluciones las que van a determinar el éxito o fracaso de una organización.